domingo, 17 de enero de 2010

Búsqueda 3

Este apartado está dedicado a revisar los orígenes y las influencias del arte como activismo político.
Artista como propulsor de una visión alternativa de la cultura. Este posicionamiento ideológico es conocido como activismo.
Obviamente, esto no surge de la nada, sino que sienta sus bases en el arte conceptual, en la performance y en los movimientos feministas.
A partir del arte conceptual se supera la concepción de obra de arte como objeto y se revisan también cuestiones relacionadas con la autoría. Todo esto desemboca en un desplazamiento del significado estético en la obra de arte puesto que el objeto artístico se sitúa en los procesos intelectuales que lo originan.
De la performance se toman aspectos como la conciencia de acción del artista, su presencia y su corporalidad y también la importancia que se le da al público como elemento integrante de la obra.
Los dos grandes aportes del movimiento feminista son los objetivos de sus planteamientos y el nuevo enfoque que se le da a la experiencia personal como herramienta política.
El objetivo de sus propuestas era crear conciencia de individuo y de colectivo o comunidad como motor de una transformación social. La experiencia personal se incluye dentro de este proceso a través de temáticas relacionadas con cuestiones de clase, raza, género y sexualidad.
“Debido a su implicación como activistas, las artistas feministas estaban fundamentalmente preocupadas por la efectividad de su trabajo. Tenían unas concepciones bastante elaboradas sobre la naturaleza de un público expandido, incluyendo ideas concretas sobre cómo alcanzarlo, cómo consolidar su aceptación de un material y de unas temáticas nuevas y a menudo difíciles, y asegurar su transformación y cambio como el objetivo principal de la obra”. 1
Como resumen de todo esto se podría decir que se producen dos fenómenos importantes, en primer lugar un desplazamiento del significado estético y de la génesis de la obra que va desde la experiencia privada del artista hasta las experiencias colectivas de sociedades o comunidades.
Por otra parte se incluye en el ámbito del arte, aspecto de lo cotidiano.
En relación a lo que se entendía como artista en la época moderna, con este nuevo enfoque el artista cambia el modo en que se tratan los temas.
Como se ha dicho con anterioridad, en cuanto a la forma de trabajar, el artista se plantea el trabajo de otra manera. Al querer abarcar temas muy amplios y de gran problemática y contenido social, el artista se ve obligado a plantearse la realización de sus proyectos en colaboración con entidades, asociaciones, colectivos, comunidades, etc., que en la mayoría de los casos son ajenas al mundo del arte.
Lo interesante de este enfoque es que la obra se convierte en un vehículo para establecer relaciones, la creación consiste en la reformulación de significados y en el replanteamiento de cuestiones que se dan por sentadas.
El interés no se centra en el espacio, como en el caso del Site Specificity, sino en las relaciones que se puedan establecer dentro de él. Como dice Paloma Blanco: “De este modo, lo que vincula a estos procesos con un espacio o lugar público no es tanto su presencia física en dichos espacios como su interacción con las fuerzas sociales, políticas y económicas que dan forma a la vida de la comunidad”. 2
El artista y las personas que colaboran en sus proyectos adoptan el papel de activistas culturales 3, que promueven un cambio social a través de medios culturales.


Notas
1 Blanco, Paloma, en AAVV., Modos de hacer,”Explorando el terreno” Salamanca, Ediciones de Universidad de Salamanca, 2001, p. 43.
2 Ibídem, p. 40.
3 Wallis, Brian, citado por Paloma Blanco, Ibídem. p. 41.

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